Y se apagaron mis manos
en el silencio ruidoso
de otras músicas sin tiempo...
Y ya no sueño que sueno,
que resueno en otras gentes
con mi corazón tan lleno...
El metrónomo se duerme
en un silencioso eco.
¿Me apagué yo sin remedio?
A. López
No hay comentarios:
Publicar un comentario