Cansada,
cerrada la contraventana
de mi balcón,
escribo tras la jornada.
He dejado en mi sillón
cosas que necesitaba
para seguir con la acción,
que ya no puedo, cansada.
Y fuera el día se apaga
mientras sueño en la ilusión
de levantarme mañana
sin tristezas en el alma,
el alma cansada,
triste siempre sin razón...
A. López
No hay comentarios:
Publicar un comentario